Cuando la política responde a la realidad: Futuros políticos transformadores

Chenai Chair

Foto de una mujer negra con la boca abierta, levantando la mano izquierda con un puño y aguantando una bandera con la otra. Forma parte de una marcha con otras mujeres negras.
Foto por Amison on iwaria.com

Me llamo Chenai Chair, y no sé por qué me parece importante, pero soy zimbabuense y resido en Sudáfrica.

Soy directora de investigación en la World Wide Web Foundation, donde me dedico a las cuestiones de género. En octubre presentaré un informe en línea sobre el estado de los Derechos de la Mujer en Uganda, Ghana, Indonesia y Colombia. En mi beca de investigación de Mozilla evalúo la adecuación de la protección de datos y la privacidad desde una perspectiva de género, con un enfoque específico en la IA y la toma de decisiones automatizada. Daré a conocer este proyecto a principios de noviembre.

Mi trabajo se centra siempre en las cuestiones de género y en intentar comprender las desigualdades interseccionales y abogar por un mundo mejor. Aunque a veces puede ser frustrante estar diciendo las mismas cosas que me llevaron a este campo hace seis años.

A veces las políticas, los reglamentos y las directrices comunitarias que establecemos se basan en un contexto y una sociedad concretos, y luego se aplican a regiones completamente diferentes como mejores prácticas.

Basándote en tu investigación y experiencia, ¿cómo imaginas una internet sostenible y justa, y qué significa eso para ti?

Lo considero un reto porque, para ser sincera, me he sentido muy cansada al darme cuenta de que lo que parece obvio para mí no lo es tanto para les demás, incluso en el espacio de los derechos digitales. Pero cuando pienso en abordar una internet sostenible quiero reflexionar sobre las pequeñas victorias que he visto.

Creo que se trata de una internet que sea equitativa para todes, ¿no? Comienza con la elección de estar en internet o no. No debería ser sólo porque la comunidad de derechos digitales quiera que todo el mundo esté conectado. Deberíamos trabajar para garantizar que todo el mundo tenga la capacidad y la habilidad de usar internet de una manera que les funcione a elles, no para nosotres que hemos estado trabajando en este tema durante los últimos 6, 10 o 20 años.

Una internet sostenible y justa es aquella en la que elles reclaman lo que hay actualmente. Y por elles me refiero a cualquiera que sea una mayoría sin derechos o alguien que a menudo es excluide por su género, su raza, su discapacidad, etc. Y si necesitan crear nuevos espacios, los creamos juntes y tenemos en cuenta lo que les permite alcanzar los objetivos económicos que quieran, utilizando diferentes modelos de obtención de ingresos a partir de internet.

También saco lecciones de lo que me ha funcionado en una internet que no ha sido diseñada pensando en las mujeres negras. Hemos hackeado el espacio para encontrar personas afines y contenidos que nos reflejen. Mi nuevo ejercicio favorito en las redes sociales es no amplificar el contenido malo sino simplemente hacer una captura de pantalla y luego comentar en torno a eso. Es una muy buena idea porque no dirijo el tráfico al contenido problemático. Así que siempre es muy interesante cuando pienso en cómo quiero tener una internet que tenga un marco en el que la gente pueda entrar y construir lo que funciona para elles.

También es un espacio en el que somos plenamente conscientes de que nuestra existencia y nuestras realidades se desarrollan en internet pero a mayor escala y magnitud, porque todes estamos conectades. Tenemos que ser capaces de reconocer esto en las políticas que hacemos. A veces las políticas, los reglamentos y las directrices de la comunidad que ponemos en marcha se basan en un contexto particular y en una sociedad concreta y luego se aplican a regiones completamente diferentes como mejores prácticas.

Por ejemplo, si todo el mundo cumple con el Reglamento General de Protección de Datos, ¿cuántas organizaciones cumplen realmente con las leyes nacionales de protección de datos? En el contexto africano la cuestión es qué aspecto tiene una ley de protección de datos que responda al contexto. Para mí se trata de un espacio que reconozca su alcance global y que, sin embargo, responda al contexto específico de los niveles regional y nacional. Es un gran sueño porque hemos tratado de hacerlo con las empresas multinacionales y la lucha ha sido que las organizaciones globales responden a diferentes centros de poder. Pero creo que se ha hecho algún trabajo en aras de la responsabilidad y la transparencia. Al mismo tiempo aprendemos cómo estos espacios tienden un puente entre lo local y lo global.

¿Podrías compartir un ejemplo de estas lecciones?

Les citaré el caso de Zimbabue. El hashtag #ZimbabweanLivesMatter y las protestas online fueron muy potentes para denunciar las violaciones de los derechos humanos en el país. Consiguieron reunir a les que están en la diáspora y a les que están en Zimbabue en torno a un hashtag: guerreres del teclado, como se les llamó. En cierto sentido permitió establecer algunas conexiones entre personas que se identifican por su nacionalidad pero que están dispersas geográficamente. Ahora se reconoce que se puede apoyar una causa, que se puede hacer más, que se pueden cambiar las conversaciones porque se participa o se amplifica un tuit.

Así que cuando pienso en internet desde una perspectiva sostenible y justa es un espacio que nos permite evolucionar con él. Somos capaces de construir un ecosistema para que la gente opere en diferentes focos donde puedan prosperar. Y somos capaces de denunciar lo malo en ese espacio. Intentar crear un espacio seguro es muy, muy importante.

En el sector de los derechos digitales se habla cada vez más de interseccionalidad, como en el caso de tu trabajo en torno al género e internet. ¿Cómo recomendarías que abordáramos la interseccionalidad con la justicia climática? ¿Cómo podríamos mitigar los daños o trabajar de otro modo para conseguir estos futuros deseables?

Voy a remitirles a un libro de la Dra. Sylvia Tamale titulado Decolonization and Afro-Feminism ("Decolonización y Afrofeminismo"). Ella utiliza el ejemplo del afrofeminismo para situar el contexto cuando se trata de la sostenibilidad medioambiental. En el contexto africano se ha situado en el nivel comunitario, donde la supervivencia se basa en alimentar continuamente la tierra que te alimenta continuamente.

Persona negra con una herramienta en la mano, con manos extendidas hacia el tope de un tronco, rebanando su corteza.
Foto por Joyce Nanjobe Kawooya

Si se considera la justicia climática desde una perspectiva individual, como en Europa, entonces se ve como si se tratara de un entorno seguro para une misme y cada une tiene que hacer su parte. Sin embargo, cuando Tamale habla del medio ambiente desde la perspectiva comunitaria nos recuerda que está lleno de historias sobre cómo la tierra se vengará de ti si le fallas. Señala que estos mitos se eliminaron por completo durante la colonización. Así que la gente no se da cuenta de que cuando se cortan grandes higueras en las tierras altas de Uganda se olvidan de que los árboles sostienen la tierra y luego hay desprendimientos.

Cuando pienso en la sostenibilidad y en internet solemos pensar que la tierra está ahí y nosotres aquí. Y no pensamos que realmente tenemos que cuidarla.

Mi ejemplo favorito de esta desconexión en el espacio de internet ha sido la huella de carbono de nuestras reuniones y conferencias. Habrá una sesión sobre sostenibilidad. Y, por supuesto, la gente querrá viajar hasta allí para hablar de ello. Pero, ¿nadie pensó que tal vez pudiéramos tener toda esta sesión de sostenibilidad desde casa?

Has estado trabajando en política en torno a estos temas. Y con la revista intentamos hablar de una internet sostenible y justa utilizando diferentes vehículos de cambio. ¿Puede compartir también tu visión política sobre el camino que podemos seguir para alcanzar este objetivo?

Mi visión política es un modelo muy colaborativo que reúne a diferentes partes interesadas. A veces, cuando veo la idea de la gobernanza en la que todo el mundo participa, la gente viene desde sus posiciones y contribuye en lo que respecta a sus posiciones originales. Me gustaría que fuéramos capaces de tomar un tema, por ejemplo, el desarrollo de políticas en torno al acceso a internet, y simplemente hackearlo: desarrollar una política que incluya a las actuales mujeres que quieren conectarse a internet. Esto incluye a ingenieres, los desarrolladores e investigadores para redactar el lenguaje del texto. Eso sería muy poderoso y diferente porque es capaz de llevar un tema desde la conceptualización hasta la implementación.

Mientras que en la actualidad, si eres une investigadore, el enfoque es construir la evidencia y luego alguien vendrá y la construirá, y luego escribirá la política. Y luego vendrá una persona del gobierno y dirá, lo hemos implementado.

Cuando pensamos en la sostenibilidad y en la justicia tenemos que pensar en lo que impulsa las desigualdades: la raza, el género, la clase, la capacidad, la discapacidad, la lengua, y demás. ¿Qué significa tener una agenda de sostenibilidad? ¿Esa agenda de sostenibilidad implica que mi práctica de traspasar aparatos viejos es problemática? ¿Para quién es problemática? ¿A quién se tiene en cuenta a la hora de elaborar políticas? ¿O es porque hay un movimiento de Greenpeace que dice que así es como hay que hacer las cosas?

¿Dónde está el espacio, cuál es el impacto, quién está involucrade? Otra forma de decirlo: necesitamos un desarrollo político transformador.

Sobre la autora

Chenai Chair es investigadora de políticas en la World Wide Web Foundation y becaria de Mozilla, y se centra en la creación de pruebas para la política digital en favor de les pobres y del interés público. Actualmente explora la innovación digital y su impacto en el crecimiento social y económico de África, así como los derechos digitales desde una perspectiva feminista.

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